Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una fecha para reflexionar sobre los logros alcanzados y los desafíos que aún enfrentamos. Recordamos a aquellas que murieron en 1911, en una fábrica de Nueva York, ya que sus dueños cerraron sus puertas y provocaron un incendio, negándose a aumentar sus salarios y mejorar sus condiciones de trabajo.
Las mujeres en el sector de las telecomunicaciones hemos sido importantes protagonistas en la construcción de un espacio laboral más justo e igualitario, como fuente de sustento, mediante la generación de identidad y pertenencia. A través del trabajo y la organización sindical, logramos significativas conquistas en derechos laborales.
Desde la creación de la Secretaría de Género y Diversidades, decidimos profundizar cada iniciativa hasta lograr acompañar políticas públicas y transformarlas en conquistas para cada compañera y compañero.

Las medidas adoptadas desde las organizaciones feministas nos vieron en las calles cada 8 de marzo y cada 3 de junio en reclamo de recursos contra las violencias por motivos de género, con proyectos y programas de prevención, también de asistencia y acompañamiento a las víctimas y sus familiares y con políticas vinculadas a la igualdad y a la diversidad.
Estas herramientas sirvieron para organizar nuevos equipos interdisciplinarios que permitieron ampliarnos y también participar en la Intersindical de Diversidad. Además, llevamos adelante encuentros, talleres y muestras, tanto individuales como colectivos, en cada oficina y sector de las actividades de las telecomunicaciones.
Nos reunimos con las compañeras de la CONSITEL (Confederación de Sindicatos de las Telecomunicaciones), presentamos documentos y realizamos tareas en conjunto, para fortalecer cada espacio sindical de las trabajadoras telefónicas.
A través de nuestra participación en los Encuentros Plurinacionales de mujeres y diversidades, en las distintas provincias convocantes, descubrimos nuevas perspectivas, otras realidades y enriquecedoras experiencias de vida.
Lamentablemente hay que destacar que desde la recuperación de la democracia en 1983, esta es la primera vez que no hay una institucionalidad específica de género, hecho que se pone de manifiesto en que la violencia hacia mujeres y diversidades se acrecienta en contextos adversos como los que estamos atravesando con la eliminación, desmantelamiento y desfinanciación de los espacios estatales que trabajaban en la protección, en la asistencia y en la prevención.
Proyectos como la eliminación de la figura de feminicidio del Código Penal; la eliminación del plan de pagos de deuda previsional, donde 9 de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 varones, no accederían a la jubilación; la derogación de la Ley del Aborto; y la falta de respuestas educativas a la Ley de Educación Sexual Integral, (responsabilidad que tiene el Estado de cuidar a las niñeces). Esta batería de medidas no tendrá nunca la comodidad de nuestro silencio.
Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la igualdad y la equidad de género.
Celebramos nuestros logros pero, también renovamos nuestra determinación para enfrentar los desafíos que se presenten.
Nos convocamos para revalorizar el rol de la mujer telefónica trabajadora, el 8 de marzo, en Combate de los Pozos y Rivadavia, a las 16 horas.